Crisis ecológica global a la vista
El primer eslabón de la cadena catastrófica está relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero que, según el director del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Minnesota, Jonathan Foley, no son generados por las chimeneas de las fábricas o los atascos de tráfico. “Si el hielo en el Océano Ártico se derrite por completo, es probable que eso sea debido a las vacas”, sostiene.
Las vacas 'se comen' los bosques
En concreto se trata de aquellas vacas que se alimentan de granos. La 'carne de grano' está considerada un manjar, ya que para producir un kilo se necesitan 30 kilos de granos.
Hoy en día el 35% de las tierras agrícolas se utiliza para producir alimentos para animales. China compra tierras de Brasil en un intento por alimentar sus enormes cantidades de cerdos de la así llamada “reserva de carne de cerdo” que mantiene el gobierno del gigante asiático para poder controlar el precio de la carne. De esta manera "las vacas y los cerdos felizmente 'se comen' los bosques amazónicos", destaca Jonathan Foley.
En particular, se refiere al "terrible desequilibrio" en el sistema de agricultura. Los países desarrollados tratan de "chuparle toda la sangre" a la tierra cultivable, mientras su productividad no aumenta, ya que ya está cerca de alcanzar su tope máximo.
Terracultura, la salvación
Ahora el 40% de la tierra se destina a fines agrícolas. La agricultura es el principal consumidor de agua y emite más dióxido de carbono que todas las demás industrias combinadas. "Junto con los peligros petroleros y climáticos, entre otros, la Tierra se ve amenazada por una fuerte crisis agrícola", advierte.
Sin embargo, esta crisis se puede evitar mediante la aplicación de un nuevo enfoque en la agricultura “terracultura”, agricultura a escala de la Tierra, recurriendo a la experiencia de los antepasados que utilizaban varios métodos de explotación de tierra como campos, pastoreos o barbecho.
“Debemos seguir el ejemplo. Pero los continentes enteros deben convertirse en unidades de planificación. Si no se hace, estamos amenazados por el hambre y por un desastre enorme, simultáneamente en la economía y en el medio ambiente. La terracultura es la única manera de evitar la crisis agrícola. Hay que crearlo de buenas a primeras, ya que la humanidad simplemente no tendrá una segunda oportunidad”, concluyó Jonathan Foley.