Físicos crean un dispositivo solar del grosor de un cabello
Investigadores físicos han elaborado una célula fotoeléctrica orgánica de tan solo unos micrómetros y de extrema flexibilidad. Los resultados de la investigación sobre esta batería solar donde al menos la composición de una de sus capas está elaborada de moléculas orgánicas han sido publicados en la revista 'Nature Communications'.
Un grupo de físicos bajo la dirección de Martin Kaltenbrunner, de la Universidad Johannes Kepler, de la ciudad austriaca de Linz, elaboraron una técnica que permite producir células fotoeléctricas ultrafinas y ultrarresistentes a partir de compuestos orgánicos y láminas de polietileno usados en calidad de dieléctrico en microcondensadores. El resultado es tan flexible que el dispositivo puede incluso enrollarse sin perder su funcionalidad.
Para aumentar la resistencia de este dispositivo, los científicos reforzaron las láminas de polietileno con tiras de materiales elásticos, que permitieron estirar la batería sin miedo a la ruptura de los electrodos o de las láminas semiconductoras. El grosor de este 'bocadillo' (como han llamado los científicos a esta batería solar) es de tan solo 1,9 micrómetros.
Esta célula solar experimental creada de microláminas absorbe hasta un 4 % de la energía artificial del 'sol' del laboratorio, resultado comparable con el de otras células fotoeléctricas finas elaboradas a base de compuestos orgánicos. Además, este invento tiene una gran ventaja en comparación con otros, y es que continúa generando electricidad aun cuando se contrae en un 80 % o se dilata 4 veces.
Gracias a sus proporciones de masa y de su potencia productiva, este nuevo producto podría pronto convertirse en un competidor de las células fotoeléctricas producidas a partir de silicio.
Los científicos consideran que un dispositivo de estas cualidades podría ser una fuente ideal de energía para vehículos superligeros aéreos no tripulados, globos aerostáticos o minúsculos robots.