Rusia сelebra la Santa Pascua
La Pascua es una de las principales fiestas cristianas. Es la celebración de la milagrosa resurrección de Jesucristo y simboliza el paso de la muerte a la vida y de la Tierra al cielo. En Rusia esta fiesta no solo es celebrada por rusos profundamente devotos, sino que también por rusos que rara vez frecuentan la iglesia.
Dos semanas antes de las Pascuas se abren ferias donde la gente se prepara para la fiesta y compra los regalos con anticipación. Ahí convergen los delegados de diversos pueblos y ciudades, tales como los representantes de iglesias ortodoxas, editoriales, grandes empresas y pequeñas compañías privadas de producción de recuerdos, de productos impresos y otros. Para el día de la inauguración, los organizadores invitan a un sacerdote que bendice el comercio y consagra las mercancías con agua bendita.
Con la llegada de la Pascua termina la gran Cuaresma ortodoxa. Para la fiesta de las Pascuas muchos compran el “cahor”, vino eclesiástico que simboliza la sangre de Jesucristo derramada por todos los pecadores del mundo. Normalmente el cahor se sirve durante todas las fiestas religiosas.
El huevo pintado es un símbolo antiguo de las Pascuas y simboliza el comienzo de una nueva vida y el amor. La gente suele decorar huevos de gallina y de madera que se regalan a sus familiares y amigos al visitarlos o recibirlos en casa.
En tal oportunidad se felicitan diciendo “¡Cristo ha resucitado!", a lo que se responde "¡En verdad ha resucitado!” y se besan tres veces.
La primera frase se escribe abreviadamente como "XB" sobre los huevos, los regalos de pascua y las empanadillas de pascua llamadas “kulich”.
Actualmente en Rusia, tal como en la Rusia antigua, durante las Pascuas se lucha con huevos pintados. Este juego, particularmente, atrae a los niños. Se golpean dos huevos uno contra otro y aquel cuyo huevo no se haya roto gana el de su oponente. Este juego no tiene un contexto religioso, simplemente es un entretenimiento popular y tradicional.
Pero, por sobre todo, este es un período intenso para las panaderías donde se empiezan a cocinar el pan de levadura parecido a una gran magdalena llamado kulich, símbolo de la carne de Jesucristo. A diferencia del pan normal, la masa para los kulichi se hace únicamente de harina blanca de calidad superior. Se le añaden las composturas dulces de vainilla, pasas, nueces y otros sabores.
En vísperas de las Pascuas la gente lleva los kulichi y los huevos a las iglesias. Los ponen sobre las mesas para su bendición y consagración. Allí uno puede ver verdaderas obras maestras del arte culinario.
En Rusia también renace la tradición de intercambiar felicitaciones de pascuas firmadas a mano sobre postales. Para la ocasión existía la costumbre de enviar tarjetas de felicitaciones a parientes y amigos. Los diseños eran elaborados por muchos artistas rusos famosos.
En la Unión Soviética las fiestas religiosas, incluyendo la Pascua, no sólo se ignoraban por las autoridades, sino que también se prohibían tácitamente. La mayoría de las iglesias y viejos monasterios fueron abandonados o destruidos y sólo algunas catedrales estaban abiertas para el servicio.
Pero antes de la revolución de 1917, la fiesta pascual solía ser una gran celebración en Rusia. Los zares respetaban estrictamente las tradiciones ortodoxas y este día se hacían procesiones festivas en que tomaba parte toda la élite de Rusia. La gente común organizaba celebraciones masivas en parques y plazas de las ciudades.
Son mundialmente famosos los huevos de pascua creados por el talentoso joyero ruso Carl Fabergé para la familia imperial. Guardan maravillosas sorpresas adentro: pinturas en miniatura, diminutos modelos de palacios, monumentos, yates, figurillas de pájaros, ramos de flores. Por fuera están incrustados de piedras preciosas. En todo el mundo estos huevos se reconocen como obras maestras de la joyería de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.