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Canciller ruso: Rusia y EE.UU. deben "actualizar el software" de sus relaciones
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, reiteró que las relaciones entre Rusia y EE.UU. están entorpecidas por el escudo antimisiles estadounidense que se está creando en Europa.
Así lo expresó en una reciente entrevista, cuya versión completa se publica en la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
"Lamentablemente las decisiones sobre la defensa antimisiles se toman sin considerar nuestros intereses. Para nosotros [Rusia], lo esencial es que las instalaciones antimisiles estadounidenses no alteren el balance de fuerzas que viene formándose desde hace décadas, que no socaven nuestras fuerzas de disuasión nuclear. Necesitamos garantías expresas que se apoyen en un mecanismo fiable de verificación. Sin embargo, Washington no está dispuesto a ofrecerlas", recalcó.
"Hablando sobre el 'reinicio' [de las relaciones ruso-estadounidenses] y teniendo en cuenta la procedencia informática de este término, está claro que el 'reinicio' no puede continuar infinitamente. En tal caso se tratará no de un 'reinicio', sino de un fallo del programa (…) Hay que pensar en cómo desarrollar nuestras relaciones; en otras palabras, 'actualizar' el software", dijo.
"Me parece que nuestros colegas occidentales, incluyendo EE.UU., sienten perplejidad. Han sembrado vientos y ahora están recogiendo tempestades, mientras que nosotros [Rusia] hacemos todo lo posible para detener esas tempestades. Para ello no hace falta incitar a la oposición, por ejemplo en Siria, a que continúe la lucha armada hasta el final; es decir, hasta "obtener la cabeza de Bashar al Assad, sino hacer que todos se sienten a la mesa de negociaciones y comiencen a conversar", destacó.
Como ejemplo de caos y falta de control en los Estados donde han triunfado las revoluciones respaldadas por Occidente, el ministro ruso citó la conversación que mantuvo con el canciller libio al margen de la Asamblea General de la ONU. "Volví a plantear el problema de nuestros ciudadanos que, según nosotros, fueron condenados infundadamente a largos plazos de encarcelamiento. Mi colega me respondió pidiendo que tratemos de entenderlos, porque en realidad no tienen un Estado y aunque tratan de ayudar no tienen influencia suficiente sobre varios tipos de organizaciones", señaló.
Según el ministro, los efectos de la operación militar de la OTAN en Libia se dejan sentir en otros países. "Las consecuencias de ello se sienten ahora en Malí, donde las dos terceras partes del territorio están controladas por personas que pelearon Libia y que al parecer no saben hacer otra cosa que combatir (…) ¿Quién sabe adónde van a parar después? El presidente ruso, Vladímir Putin, acaba de caracterizar la situación como un 'caos creciente en la región'. Es una definición muy exacta", explicó.
"Existen solo dos alternativas. Si las afirmaciones de que la prioridad número uno es salvar vidas humanas son sinceras, habrá que cumplir los acuerdos de Ginebra: hacer que todos cesen el fuego y se sienten a la mesa de conversaciones. Si la prioridad es derrocar al régimen y destituir a Bashar al Assad, no estamos dispuestos a ayudar en ello. El Consejo de Seguridad de la ONU no fue formado para eso. En este caso se tratará de incitar a continuar una guerra fratricida y simplemente hay que darse cuenta de que el precio de esta obsesión por una idea geopolítica será la vida de cientos y miles de sirios", indicó.
"En mis conversaciones con colegas me enteré de que ellos se dan cuenta de la falta de otras alternativas pero de momento no están dispuestos a renunciar a sus ideas geopolíticas. Eso es triste", finalizó el canciller ruso.
"Hablando sobre el 'reinicio' [de las relaciones ruso-estadounidenses] y teniendo en cuenta la procedencia informática de este término, está claro que el 'reinicio' no puede continuar infinitamente. En tal caso se tratará no de un 'reinicio', sino de un fallo del programa (…) Hay que pensar en cómo desarrollar nuestras relaciones; en otras palabras, 'actualizar' el software", dijo.
EE.UU. "recoge" los frutos de su agresión a Libia
Según el canciller ruso, EE.UU. siente "perplejidad" ante lo que está pasando en varios Estados árabes, sobre todo en Siria."Me parece que nuestros colegas occidentales, incluyendo EE.UU., sienten perplejidad. Han sembrado vientos y ahora están recogiendo tempestades, mientras que nosotros [Rusia] hacemos todo lo posible para detener esas tempestades. Para ello no hace falta incitar a la oposición, por ejemplo en Siria, a que continúe la lucha armada hasta el final; es decir, hasta "obtener la cabeza de Bashar al Assad, sino hacer que todos se sienten a la mesa de negociaciones y comiencen a conversar", destacó.
Como ejemplo de caos y falta de control en los Estados donde han triunfado las revoluciones respaldadas por Occidente, el ministro ruso citó la conversación que mantuvo con el canciller libio al margen de la Asamblea General de la ONU. "Volví a plantear el problema de nuestros ciudadanos que, según nosotros, fueron condenados infundadamente a largos plazos de encarcelamiento. Mi colega me respondió pidiendo que tratemos de entenderlos, porque en realidad no tienen un Estado y aunque tratan de ayudar no tienen influencia suficiente sobre varios tipos de organizaciones", señaló.
Según el ministro, los efectos de la operación militar de la OTAN en Libia se dejan sentir en otros países. "Las consecuencias de ello se sienten ahora en Malí, donde las dos terceras partes del territorio están controladas por personas que pelearon Libia y que al parecer no saben hacer otra cosa que combatir (…) ¿Quién sabe adónde van a parar después? El presidente ruso, Vladímir Putin, acaba de caracterizar la situación como un 'caos creciente en la región'. Es una definición muy exacta", explicó.
Dos alternativas para Siria
Respondiendo a la pregunta sobre la posible evolución de la situación en Siria, Lavrov dio a entender que Rusia nunca votará por una acción militar de la ONU."Existen solo dos alternativas. Si las afirmaciones de que la prioridad número uno es salvar vidas humanas son sinceras, habrá que cumplir los acuerdos de Ginebra: hacer que todos cesen el fuego y se sienten a la mesa de conversaciones. Si la prioridad es derrocar al régimen y destituir a Bashar al Assad, no estamos dispuestos a ayudar en ello. El Consejo de Seguridad de la ONU no fue formado para eso. En este caso se tratará de incitar a continuar una guerra fratricida y simplemente hay que darse cuenta de que el precio de esta obsesión por una idea geopolítica será la vida de cientos y miles de sirios", indicó.
"En mis conversaciones con colegas me enteré de que ellos se dan cuenta de la falta de otras alternativas pero de momento no están dispuestos a renunciar a sus ideas geopolíticas. Eso es triste", finalizó el canciller ruso.
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