2012 no le conviene a la Casa Blanca para negociar su escudo antimisiles con Rusia
Debido a las elecciones en Estados Unidos y a la transición del poder en Rusia (de Dmitri Medvédev al recientemente elegido Vladímir Putin), 2012 "no es, obviamente, el año en que lograremos un avance" en el plan de despliegue de misiles interceptores estadounidenses en Europa. Así lo dijo el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, comentando declaraciones casuales del presidente Barack Obama.
Horas antes, en una grabación casual, el presidente de EE. UU. había prometido al mandatario ruso, Dmitri Medvédev, que tendrá "más flexibilidad" sobre el polémico sistema antimisiles en Europa, un proyecto que preocupa mucho a Rusia, si es reelecto en los comicios de noviembre. Obama hizo esta declaración durante la Cumbre de Seguridad Nuclear celebrada en Seúl, capital de Corea del Sur, sin darse cuenta que su micrófono estaba abierto.
Consultas técnicas en vez de negociaciones a plena potencia
La portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, dijo que Washington intenta mostrar a Rusia que está listo para negociar y se prevén consultas técnicas entre expertos de ambos países para "acercar posiciones". Así, no habrá negociaciones entre políticos, sino encuentros de especialistas en misiles y misiles interceptores.
Durante los siguientes nueve o 10 meses los expertos trabajarán sobre los aspectos técnicos del sistema antimisiles, que son la causa principal de nuestras divergencias”, confirmó el presidente Obama durante un encuentro con la prensa en Seúl.
El mandatario también dijo que podría haber avances concretos ya en 2013, si las cuestiones técnicas son resueltas.
Además, Obama recalcó que los asuntos que quedan por ser resueltos son demasiado difíciles. “No es fácil, tengo por delante las consultas con el Pentágono, el Congreso y los dos partidos. Para eso se necesita tiempo”.
EE. UU. había informado que, para bajar el nivel de preocupación de Rusia, estaba dispuesto a suministrar algunos datos secretos sobre su sistema de defensa, pero el Congreso lo prohibió, tras criticar a la iniciativa con dureza, y la calificó como una amenaza para la seguridad nacional.
El Congreso "bloqueará todas las tentativas de debilitar la defensa antimisiles de EE. UU.", dijo el congresista republicano y miembro del Subcomité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, Mike Turner. "Mis colegas y yo no permitiremos comerciar la defensa antimisiles de EE. UU. a Rusia o a algún otro país", agregó.
En el ámbito de las tensiones acerca del escudo, Rusia todavía se muestra dispuesta al diálogo y exhorta a buscar la solución del problema. "Todavía tenemos tiempo para negociar y llegar a una decisión equilibrada", aseguró el presidente Medvédev, agregando que "el diálogo sobre todos los aspectos relacionados con la defensa antimisiles instalada en Europa puede ser más activo".
Las divergencias entre Moscú y Washington se refieren a la estructura del sistema antimisiles que se despliega en varios estados europeos. Rusia quiere participar en el sistema y pide garantías jurídicas de que el sistema no está dirigido en su contra. La contraparte estadounidense, en cambio, se niega a satisfacer esa petición. En respuesta, a fines de noviembre pasado el presidente Medvédev precisó el complejo de medidas políticas y militares contra la expansión del escudo estadounidense. Y según las últimas declaraciones desde EE. UU., la cuestión podría seguir pendiente.