El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe este jueves en la Casa Blanca a los mandatarios de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, y de Ruanda, Paul Kagame, para la firma de un acuerdo que busca poner fin al conflicto en el este congoleño, así como abrir el acceso de Washington y de empresas estadounidenses a los minerales estratégicos de la región.
El llamado Acuerdo de Washington para la Paz y la Prosperidad ha sido presentado por la Casa Blanca como un pacto "histórico", alcanzado tras de una serie de negociaciones en junio entre Tshisekedi y Kagame, mediadas por Trump con el apoyo de socios como la Unión Africana y Catar. El compromiso incluye un marco de integración económica, acordado en noviembre, destinado a atraer miles de millones de dólares de inversión occidental a la región rica en tantalio, oro, cobalto, cobre, litio y otros minerales.
Está previsto que Trump mantenga reuniones por separado con los líderes de la RDC y Ruanda antes de un encuentro trilateral y de la ceremonia de firma en el Instituto de la Paz de EE.UU. (USIP) en Washington a la que asisten varios dirigentes africanos.
Una de las mayores crisis humanitarias
Las tensiones entre la RDC (antes llamada Zaire) y Ruanda se remontan a la guerra civil ruandesa de 1990-1994, que culminó con el genocidio de los tutsis. Un gran número de tutsis huyó a la RDC, mientras que, tras el cambio de poder en Ruanda, miembros de la etnia hutu también buscaron refugio en este país por temor a represalias. Estas migraciones forzadas exacerbaron las tensiones durante las guerras congoleñas.
El conflicto, que arrastra décadas de violencia con la presencia de numerosos grupos armados —entre ellos los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), al que el Gobierno congoleño acusa de contar con apoyo de Ruanda—, se intensificó a principios de este año cuando el M23 tomó las principales ciudades de la región, Goma y Bukavu, agravando así una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con millones de personas desplazadas.
Trump ha afirmado en reiteradas ocasiones que su mediación puso fin al conflicto, algo que la población, investigadores y otros actores en la RDC aseguran que eso no es cierto. Habitantes del este congoleño reportaron esta semana nuevos focos de enfrentamientos, mientras el M23 y el Ejército congoleño se han acusado mutuamente de violar los términos del alto el fuego acordado a principios de este año.
El mandatario estadounidense se ha atribuido en varias ocasiones el mérito de haber puesto fin a ocho conflictos en todo el mundo desde el inicio de su mandato: entre Camboya y Tailandia, Kosovo y Serbia, RDC y Ruanda, Pakistán e India, Israel e Irán, Egipto y Etiopía, Armenia y Azerbaiyán, e Israel y Hamás.



