Dos funcionarios de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de EE.UU., citados por AP, afirmaron desconocer si las bombas GBU-57 que Washington utilizó en junio para atacar las instalaciones nucleares iraníes alcanzaron los objetivos y profundidades para los que fueron creadas.
Los funcionarios, que habrían trabajado en el desarrollo de estas bombas antibúnker durante décadas, expresaron dudas sobre su efectividad contra las instalaciones nucleares de Irán.
Las declaraciones de los funcionarios se suman a una larga lista de cuestionamientos en torno a la efectividad del ataque estadounidense. La controversia comenzó a finales de junio con la filtración de un informe preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa. El reporte sugirió que las bombas solo retrasaron el programa nuclear iraní por seis meses.
Además, señalaba que la Teherán aún conserva el control de casi todo su material nuclear, lo que significa que, si decide fabricar un arma nuclear, podría hacerlo con relativa rapidez.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha declarado en varias ocasiones que las instalaciones iraníes fueron destruidas totalmente.
Irán confirmó que sus instalaciones nucleares sufrieron daños a causa del ataque, pero aseguró que seguirá desarrollando su programa nuclear con fines pacíficos, continuando el enriquecimiento de uranio en función de sus necesidades y en cumplimiento de los tratados internacionales.
