Noruega restringe la venta de un terreno privado en el Alto Ártico al ver el interés chino
El Gobierno de Noruega ha prohibido a la empresa local Kulspids negociar la compraventa de un terreno de aproximadamente 60 kilómetros cuadrados en la isla Spitsbergen (archipiélago de Svalbard) sin el consentimiento previo y expreso de las autoridades. Tampoco se permitirá la venta de la propia compañía a terceros, por la posesión de ese mismo activo.
La situación peculiar de este espacio, que se llama Sore Fagerfjord y mide 10 veces la superficie de Gibraltar, se debe, por un lado, a los planes de los accionistas de venderlo a un alto precio y, por otro lado, al hecho de que el Estado posee el 99,5 % de los terrenos de Svalbard y entiende que "sería natural incluir también esta propiedad en la cartera", según un comunicado gubernamental publicado este lunes.
El Gobierno noruego considera que los planes de venta constituyen una amenaza para la seguridad nacional. "Los propietarios actuales han expresado durante mucho tiempo que quieren vender la propiedad o la empresa a actores de Estados con los que Noruega no tiene ninguna cooperación en materia de seguridad", alega el texto. El peligro consistiría, en este caso, en la posibilidad de que se "utilice la propiedad para desafiar la autoridad legislativa noruega y las regulaciones de conservación [del medioambiente]", asevera.
El territorio en cuestión se sitúa en un parque nacional y desde 1932 existe un gravamen que limita la capacidad del poseedor para entablar negociaciones de venta sin el consentimiento del Ministerio de Comercio, Industria y Pesca. "Si hay un comprador dispuesto a pagar un precio desproporcionadamente alto por esta propiedad, hay que suponer que es porque prevé que es posible desafiar la legislación y la protección noruegas de un modo que podría perturbar la estabilidad en la zona y perjudicar potencialmente los intereses de seguridad nacional", manifestó la titular de la cartera, Cecilie Myrseth.
El ministerio había mantenido negociaciones con el vendedor en 2019, ofreciéndole 20 millones de coronas noruegas (cerca de 1,9 millones de dólares) por el predio. En opinión de los funcionarios, era una oferta generosa, "puesto que la propiedad no tiene valor a efectos de su utilización". Una estimación realizada en ese momento indicó que el precio rondaba los 422.000 dólares.
Si bien el comunicado oficial no mencionó ningún potencial comprador que Oslo considerara inadecuado, el periódico británico The Guardian señala que el objetivo sería evitar que China adquiera esos 60 kilómetros cuadrados. Por su parte, el abogado de Kulspids sostuvo que había recibido "señales concretas" de compradores chinos que mostraron "un interés real a largo plazo en el Ártico y Svalbard".
La venta se presenta como una ocasión única para hacerse con la "última tierra privada en Svalbard y, hasta donde sabemos, la última tierra privada en el Alto Ártico del mundo", indicó el letrado. La oferta china rondaría 300 millones de euros (más de 322 millones de dólares).
A comienzos de este siglo, China estableció en Spitsbergen la base Río Amarillo para monitorear las auroras boreales.