Con el calor, el aire acondicionado se convierte en un elemento indispensable en nuestras casas y oficinas. Sin embargo, más allá del alivio que nos procura, a veces estos aparatos pueden afectar nuestra salud de formas que ni siquiera imaginábamos, especialmente si no han recibido el mantenimiento necesario.
Por ejemplo, en China trascendió recientemente el caso de un hombre que, tras encender su aire acondicionado después de no haberlo usado durante un año, empezó a padecer dolor de cabeza y muscular, fiebre y tos. En un primer momento, el enfermo pensó que se trataba de un resfriado común, pero cuando los síntomas no desaparecieron decidió ir al hospital, donde le hicieron una tomografía.
Los resultados revelaron que el pulmón izquierdo lo tenía tan afectado por una inflamación que prácticamente se había vuelto de color blanco. Gracias a una fibroscopía, los médicos vieron que había sido infectado por una bacteria conocida como 'Legionella pneumophila'.
El padecimiento causado por este organismo se llama legionelosis o enfermedad del legionario, que puede manifestarse con distinta severidad, desde síntomas leves con fiebre hasta neumonías graves que pueden llegar a ser mortales. Entre los más vulnerables figuran adultos mayores, personas inmunodeprimidas y fumadores.
Recomendaciones
La doctora Olga Ulánkina explica que los aires acondicionados reducen la humedad del aire, lo que puede provocar una "sensación de arena" en los ojos y dolor de cabeza. Asimismo, cuando el aire es excesivamente seco puede irritar las vías respiratorias, empeorando otras afecciones, como el asma, la bronquitis y la sinusitis. La especialista también recordó que los cambios bruscos de temperatura pueden llegar a causar resfriados.
Para evitar enfermarse, los expertos recomiendan limpiar regularmente el aire acondicionado y vigilar la ventilación en su habitación. Además, recuerdan que no debemos permanecer mucho tiempo en un lugar cerrado con el aire encendido y sin aire renovado.
Otras sugerencias incluyen el uso de un humificador para mantener la humedad del aire entre un 40 y 60 %, limpiar y cambiar los filtros con regularidad, así como eliminar frecuentemente el polvo acumulado en las unidades exteriores y rejillas de ventilación. Ulánkina también resalta que el flujo de aire no debe dirigirse directamente hacia una persona, puesto que, en ese caso, es fácil resfriarse.
"Si se le secan los ojos, le duele la cabeza o la garganta, debe encender un humidificador, aumentar la temperatura del aire acondicionado y reducir el flujo y, si esto no es posible, salga de la habitación", recomienda la doctora.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!